Le quiero
¿Qué si lo quiero? En este momento, lo quiero dentro y fuera de mí. Lo quiero como el surgimiento de un nuevo movimiento social con disturbio y alojamiento para los indefensos, los que no se escuchan porque siempre están al filo del mañana y del que qué pasará. Lo quiero porque invade lo que estoy por pensar y lo que pienso cuando lo escribo, cuando lo moldeo, cuando lo invoco, cuando lo hago mío y más cuando no se sabe suyo. Lo quiero incomprendido y subrayado. Lo quiero extenso y resumido. Lo quiero sumergido en su agonía y en su disfrute por el arte y lo desconocido. Lo quiero así, con la ligereza de sus manos y el eco de su voz retumbando en mis oídos; lo quiero de noche y de madrugada, en su casa y en la mía. Lo quiero en mis versos y mis escritos, en mis palabras y sus letras. Lo quiero con su pálida mirada y la comisura sin igual de sus labios. La sutileza encaminada de sus manos me proyectan la felicidad del querer aun sin ser concebido. Así lo quiero, caminando entre mis ad